jueves, 31 de octubre de 2013

Comentario de El romance del Duero.

" El romance del Duero "
De Gerardo Diego


Río Duero, río Duero,
nadie a acompañarte baja,
nadie se detiene a oír
tu eterna estrofa de agua.
Indiferente o cobarde
la ciudad vuelve la espalda.
No quiere ver en tu espejo
su muralla desdentada.
Tú, viejo Duero, sonríes
entre tus barbas de plata,
moliendo con tus romances
las cosechas mal logradas.
Y entre los santos de piedra
y los álamos de magia
pasas llevando en tus ondas
palabras de amor, palabras.
Quién pudiera como tú,
a la vez quieto y en marcha,
cantar siempre el mismo verso
pero con distinta agua.
Río Duero, río Duero,
nadie a estar contigo baja,
ya nadie quiere atender
tu eterna estrofa olvidada,
sino los enamorados
que preguntan por sus almas
y siembran en tus espumas
palabras de amor, palabras.

            Como ya había comentado en la entrada anterior de este blog, el río Duero tiene una larga historia de poesía dedicada a él, como este poema en concreto, “El romance del Duero”, de Gerardo Diego, que, como su propio título indica, es un romance, es decir, una estrofa con tantos versos como el poeta quiera, todos ellos octosílabos  con rima asonante en los versos pares.

            En este poema el autor le habla al río, de forma que personifica al Duero, como cuando dice: “tú, viejo Duero, sonríes”, en este verso, además le da una cualidad humana, la de sonreír; también personifica a la ciudad al decir: “la ciudad vuelve la espalda”. Utiliza otros recursos literarios, como la metapoesía, ya que, por ejemplo,  se compara al Duero con una estrofa, o la ruptura del sistema, al relacionar los “santos de piedra (los santos de las ermitas cercanas al río) y los “álamos de magia”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario