jueves, 14 de noviembre de 2013

Comentario de "Discurso a los jóvenes", de Ángel González.

“Discurso a los jóvenes”
Ángel González
De vosotros,
los jóvenes,
espero
no menos cosas grandes que las que realizaron
vuestros antepasados.
Os entrego
una herencia grandiosa:
sostenedla.
Amparad ese río
de sangre,
sujetad con segura
mano
el tronco de caballos
viejísimos,
pero aún poderosos,
que arrastran con pujanza
el fardo de los siglos
pasados.

Nosotros somos estos
que aquí estamos reunidos,
y los demás no importan.

Tú, Piedra, hijo de Pedro, nieto
de Piedra
y biznieto de Pedro,
esfuérzate
para ser siempre piedra mientras vivas,
para ser Pedro Petrificado Piedra Blanca,
para no tolerar el movimiento
para asfixiar en moldes apretados
todo lo que respira o que palpita.

A ti,
mi leal amigo,
compañero de armas,
escudero,
sostén de nuestra gloria,
joven alférez de mis escuadrones
de arcángeles vestidos de aceituna,
sé que no es necesario amonestarte:
con seguir siendo fuego y hierro,
basta.
Fuego para quemar lo que florece.
Hierro para aplastar lo que se alza.

Y finalmente,
tú, dueño
del oro y de la tierra
poderoso impulsor de nuestra vida,
no nos faltes jamás.
Sé generoso
con aquellos a los que necesitas
pero guarda,
expulsa de tu reino,
mantenlos más allá de tus fronteras,
déjalos que se mueran,
si es preciso,
a los que sueñan,
a los que no buscan
más que luz y verdad,
a los que deberían ser humildes
y a veces no lo son, así es la vida.

Si alguno de vosotros
pensase
yo le diría: no pienses.
Pero no es necesario.

Seguid así,
hijos míos,
y yo os prometo
paz y patria feliz,
orden,
silencio.

             Este poema, de Ángel González, parece el discurso de un político del régimen franquista hacia unos jóvenes, en el que les transmite una ideología de derechas, sin embargo, se trata de un poema de tono irónico, puesto que está escrito en un momento en el que en España había una fuerte censura, además, está disfrazado al ser una caricaturización del régimen, ya que  hace un juego de palabras, utiliza exageraciones y hace menciones negativas, lo que es raro en un discurso, ya que estos solo realizan menciones positivas.
            En cuanto a la forma, si bien el poema está escrito en versos libres, tiene un ritmo tradicional, ya que los versos son en realidad endecasílabos y alejandrinos, y la rima es asonante irregular.
            El poema es una especie de pieza oratoria dirigida, en un principio, a un grupo de jóvenes en general, pero en el medio del discurso se dirige hacia tres jóvenes en concreto, estos son, en realidad, la Iglesia, el Ejército y el mundo financiero, es decir, los tres estamentos que apoyaron al régimen de Franco en España. Para hacer referencia a la Iglesia, juega con las palabras Pedro y piedra, y además, ingeniosamente, caracteriza a este estamento como opresor y asfixiante; al Ejército lo llama “arcángeles vestidos de aceituna” y también le atribuye la característica de opresor.

            Es significativo que la última palabra del poema sea “silencio”, con lo que hace una crítica a la censura del régimen. 

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